En mayo del presente año se ha realizado en Buenos Aires, Argentina, un evento de académicos peruanos, bolivianos y chilenos
sobre un tema que interesa mucho a Tacna, la salida al mar para Bolivia.
Por supuesto un asunto tan altamente
controversial suscitó lecturas diferentes respecto a lo vertido y acordado. De un lado tenemos
la versión de los dueños de casa, los argentinos, junto con los bolivianos, que
es la que presentamos en esta columna
hoy. Del otro, ofreceremos a nuestros lectores la próxima semana la lectura de
los especialistas chilenos al parecer
coincidente con la delegación peruana. Las discrepancias, veremos, son
fundamentales y nos anticipan un intenso debate
al cual el pensamiento crítico de Tacna no puede sustraerse.
En la ciudad de Buenos Aires, Universidad Católica
Argentina, doce académicos de Bolivia, Chile y Perú, sociedades con historias
ancestrales comunes, nos reunimos para contribuir a una búsqueda consensuada
del reencuentro de Bolivia con el mar, fortaleciendo así la unidad
latinoamericana.
Desde el final de la Guerra del Pacífico hasta el presente, han existido tensiones que dificultan las relaciones amistosas entre los pueblos. Si estas se prolongasen, Bolivia y Chile continuarán sin relaciones diplomáticas. Todo ello genera gastos militares excesivos; dificulta la vinculación educativa, cultural y económica; e impide la realización de proyectos beneficiosos para la sociedad civil. Estas prácticas perjudicarán a las generaciones futuras, que heredarán una situación de conflicto latente, que podemos ayudar a resolver.
Un nuevo escenario estimulará intercambios culturales, educacionales y comerciales; y permitirá destinar parte de los gastos militares a políticas de desarrollo, particularmente en las regiones fronterizas.
A partir de estas reflexiones, sostenemos que el reencuentro de Bolivia con el mar forma parte de una agenda de integración trinacional con cooperación efectiva en las áreas fronteriza, regional y nacional. Las principales líneas de esta agenda son las siguientes: construir una memoria histórica común, enseñar en las escuelas una visión plural de los acontecimientos, consolidar políticas de integración cultural y desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera.
Se ha retomado aquí una propuesta hecha en Lovaina en 2006. La propuesta incluye un territorio entre la Cordillera de los Andes y el Pacífico integrado por las tres naciones, que procurarán conjuntamente su desarrollo, atendiendo principalmente a las personas que lo habitan.
Esta área de soberanía compartida solo involucra el corredor, el puerto de Arica y el mar adyacente y no afecta la situación jurídica configurada a partir de los Tratados celebrados por Chile, Perú y Bolivia. En cambio hace posible una acción conjunta de las tres naciones, capaz de configurar una nueva situación entre ellas y de desarrollar conjuntamente ese territorio.
Desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera promueve el bienestar, la seguridad interna de aquellas, y fortalece a las autoridades locales. Asimismo, la coordinación de políticas equitativas, viables y sustentables fomenta la inclusión social, el desarrollo económico y la defensa del medio ambiente.
Finalmente, dado que la aspiración a la unidad americana es uno de los legados más valiosos de la Independencia, una agenda de integración trinacional, que incluya el reencuentro de Bolivia con el mar, es una de las tareas urgentes. Por lo tanto, proponemos a los gobiernos y a los actores sociales implicados comprender la aspiración boliviana como un proceso que requiere de mecanismos que resguarden consensuadamente las expectativas y los intereses de nuestros tres países.
Por Bolivia suscribieron el acta Guadalupe Cajías de la Vega, Roxana Forteza Chávez, Rafael Loayza Bueno y Ramiro Prudencio Lizón; por Chile lo hicieron Luis Castro Castro, Jorge Magasich Airola, Eduardo Cavieres Figueroa y Cristina Oyarzo Varela, y por Perú firmaron Cristóbal Aljovín de Losada, Marcel Velázquez, José Chaupis y Daniel Parodi Revoredo.
Lima, 1 de junio de 2015
Desde el final de la Guerra del Pacífico hasta el presente, han existido tensiones que dificultan las relaciones amistosas entre los pueblos. Si estas se prolongasen, Bolivia y Chile continuarán sin relaciones diplomáticas. Todo ello genera gastos militares excesivos; dificulta la vinculación educativa, cultural y económica; e impide la realización de proyectos beneficiosos para la sociedad civil. Estas prácticas perjudicarán a las generaciones futuras, que heredarán una situación de conflicto latente, que podemos ayudar a resolver.
Un nuevo escenario estimulará intercambios culturales, educacionales y comerciales; y permitirá destinar parte de los gastos militares a políticas de desarrollo, particularmente en las regiones fronterizas.
A partir de estas reflexiones, sostenemos que el reencuentro de Bolivia con el mar forma parte de una agenda de integración trinacional con cooperación efectiva en las áreas fronteriza, regional y nacional. Las principales líneas de esta agenda son las siguientes: construir una memoria histórica común, enseñar en las escuelas una visión plural de los acontecimientos, consolidar políticas de integración cultural y desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera.
Se ha retomado aquí una propuesta hecha en Lovaina en 2006. La propuesta incluye un territorio entre la Cordillera de los Andes y el Pacífico integrado por las tres naciones, que procurarán conjuntamente su desarrollo, atendiendo principalmente a las personas que lo habitan.
Esta área de soberanía compartida solo involucra el corredor, el puerto de Arica y el mar adyacente y no afecta la situación jurídica configurada a partir de los Tratados celebrados por Chile, Perú y Bolivia. En cambio hace posible una acción conjunta de las tres naciones, capaz de configurar una nueva situación entre ellas y de desarrollar conjuntamente ese territorio.
Desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera promueve el bienestar, la seguridad interna de aquellas, y fortalece a las autoridades locales. Asimismo, la coordinación de políticas equitativas, viables y sustentables fomenta la inclusión social, el desarrollo económico y la defensa del medio ambiente.
Finalmente, dado que la aspiración a la unidad americana es uno de los legados más valiosos de la Independencia, una agenda de integración trinacional, que incluya el reencuentro de Bolivia con el mar, es una de las tareas urgentes. Por lo tanto, proponemos a los gobiernos y a los actores sociales implicados comprender la aspiración boliviana como un proceso que requiere de mecanismos que resguarden consensuadamente las expectativas y los intereses de nuestros tres países.
Por Bolivia suscribieron el acta Guadalupe Cajías de la Vega, Roxana Forteza Chávez, Rafael Loayza Bueno y Ramiro Prudencio Lizón; por Chile lo hicieron Luis Castro Castro, Jorge Magasich Airola, Eduardo Cavieres Figueroa y Cristina Oyarzo Varela, y por Perú firmaron Cristóbal Aljovín de Losada, Marcel Velázquez, José Chaupis y Daniel Parodi Revoredo.
Lima, 1 de junio de 2015