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Lima, Semanario Hildebrand en sus Trece . 7 de febrero de 2014 |
* Titulo original del articulo que fuera publicado en el semanario Hildebrand en sus Trece con el nombre de Lima entregó a Chile el mar de Tacna.
El fallo de la Corte de la Haya constituye para Tacna su
segundo revés frente a un árbitro
internacional que decide sobre su destino.
En el primero, el del
Presidente de los Estados Unidos, se le impuso un plebiscito 40 años después en que debió ejecutarse,
luego de un suplicio inenarrable. Solo el coraje de los tacneños y la
honestidad de dos norteamericanos impidieron
que se consumara el despojo.
El segundo es el de la Corte de la Haya que acaba de
conocerse .La conclusión es lapidaria: Lima entregó a Santiago el mar de Tacna
.Por ignorancia, por negligencia, por lo que sea, pero Lima aceptó la
guillotina del paralelo, la refrendó con dispositivos y leyes y durante medio
siglo mantuvo un silencio cómplice.
Hoy celebramos que nuestro vecino no haya cargado con todo lo
que obtuvo tan fácilmente gracias al cálculo y destreza con que emplea contra
nosotros su arma más letal: nuestros errores, aprovechar nuestros errores. Pero
la incuria de Lima no solo ha privado a Tacna de su mar. Le ha quitado su
corazón, la ha convertido en apéndice de Arica.
Lima sabe desde hace tiempo de los intentos de Santiago de
neutralizar Tacna, de quitarle sus garras para que acepte sin protestas el
despojo de su mar. Como en Tarapacá, con las riquezas del salitre peruano,
Chile financió las campañas contra el Perú. En Tacna, con las riqueza del mar
cautivo, Santiago cubrió la conversión
de Tacna en un apéndice de Arica.
Los resultados saltan a la vista .Miles de recién llegados de
todo el Perú controlan gran parte del mercado persa en que se ha convertido la
ciudad, especialmente los negociados más turbios. Otro contingente ha devenido en bodeguero de los
productos que se importan de Iquique. Tampoco escapan los tacneños de vieja
estirpe: Santiago les ofrece beneficios económicos si se hacen ciudadanos
chilenos .Toda una tentación para los que no pueden resistir los precios en
alza, el blanqueo de dinero, drogas, violencia y otros males.
Hoy Tacna está fragmentada. Socialmente dividida. Carece de
liderazgo y el espíritu comunitario tacneño es más un recuerdo
que una realidad. La verdad es que no solo le hemos amputado su mar
sino también su capacidad de mirar el
futuro .El corto plazo se ha impuesto en la ciudad bajo la mirada y aplausos de
Lima..
No es casual entonces que a la Tacna actual le cueste trabajo pensar en su
futuro sin mirar al sur. Y que los que han resistido el embate sigan pensando
el desarrollo como hace varias décadas: una carretera por aquí, una represa por allá. Y un hospital
en el centro de la ciudad. .Eso, puede ser necesario, pero no es suficiente.
Tacna necesita un plan de largo plazo sustentado en lo que hoy
es el motor del desarrollo de los pueblos: la creatividad, el talento. Una
mirada a lo que hace el principal beneficiario del mar tacneño en poder de
Chile, el Grupo Angelini nos da una pista de ese futuro.
El dinero de los ariqueños que van a Tacna no proviene solo
de la anchoveta que corre cerca de sus
costas. Proviene sobre todo de la inteligencia que han sabido añadirle a ese
recurso. En Arica funciona una planta de altísima tecnología destinada a
obtener del aceite de pescado
omega 3 de especiales calidades,
un producto para la salud dirigido a los mercados más selectos del mundo.
Por allí va el futuro, sobre todo para Tacna, un territorio
sin grandes recursos naturales, ahora disminuidos aún más, salvo el componente que
ha sido siempre su sustento, el talento
de sus hijos. Pero para que el diseño y ejecución de ese plan se ponga
realmente en marcha se necesita cubrir dos precondiciones.
La primera, la
prioritaria, es que se haga realidad en nuestro país la vigencia de un Estado Nación y no como hasta ahora un
Estado para Lima.
En segundo lugar, que ese estado, que aspira a ser del
pueblo, por el pueblo y para el pueblo deje de estar en manos de expertos en textos
y teorías sobre el pueblo, pero que lo desconocen, lo miran con desdén y le dan la peor educación del mundo. Sobre
todo si es de provincias.
Lo positivo ahora es que Lima tiene la oportunidad de
educarse. No basta que se contente con preguntar a las víctimas de cien años de
cautiverio territorial y marítimo por lo que necesitan. Tiene que aprender a
desandar lo andado, a construir el futuro de Tacna en la misma escala de la
centuria que perdió pero no desde la
oficina de un ministerio sino del brazo de su población.
Solo eso hará posible concretar el anhelo de Basadre, el más preclaro de sus
hijos: que en Tacna se haga realidad, por fin, la promesa de la vida peruana.