DESPUÉS DEL FALLO DE LA HAYA ¿CUÁL SERÁ EL DESTINO DE TACNA?


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 Lima, Diario El Correo, 22 enero de 2014 

En vísperas del fallo del Tribunal de  la Haya, Tacna vive por segunda vez su destino futuro pendiente de un arbitraje internacional.

En 1925 estaba en cuestión un cautiverio de 50 años durante los cuales la bota del invasor impuso una férrea chilenización para doblegar la población de Tacna y Arica.

Hoy la Corte de la Haya tendrá que pronunciarse también sobre otro cautiverio, el del mar de Tacna .Apenas 25 años después de su devolución al Perú, Tacna volvió a  sufrir otra invasión: Chile se apropió durante otro medio siglo de su mar, del  mar que desde   
siempre ha sido fuente de vida y  alimento para todos sus ancestros.

 Sigilosamente, desde la década de 1950 la flota de guerra chilena ingresó al mar de Tacna a fin de que, luego, su flota  pesquera se apropiara de su biomasa marina. Chilenizado el mar, había que  chilenizar la población de Tacna, para que no proteste.   ¿Cómo doblegarla, sabiendo que  durante la primera  chilenización, no fue suficiente  casi medio siglo de violencia?
El camino, hábilmente diseñado,  apuntó a neutralizar la protesta recurriendo esta vez a la dádiva. De los miles de millones de dólares obtenidos solo por el grupo Angelini  por la pesca  obtenida del invadido mar tacneño, bastó canalizar una pequeña fracción de ellos hacia Tacna. Así, paulatinamente  gran parte de la ciudad heroica pasó a convertirse   en un mercado persa  donde a precios de bagatela la población del norte chileno adquiere ahora una profusa alimentación urbana y campestre, servicios de todo tipo (dentales, oftálmicos, médicos, cirugía, tratamiento  estético, etc.), diversiones (casinos, clubs nocturnos, etc.), arrastrando de paso las más perversas lacras sociales (prostitución, drogas, blanqueo de dinero, crimen y violencia).

El efecto buscado parecería haberse conseguido. Hoy por hoy gran parte de la población ya no es de Tacna, especialmente la ligada al espejismo mercantil. Como a un panal de miel, miles de afuerinos de todo el Perú año tras año han sido atraídos hacia Tacna en pos de algunos gramos del  oro pesquero sustraído  por Chile del rico mar tacneño. En realidad esta constituye una segunda ola migratoria, superpuesta a la altiplánica que llegó durante el último cuarto del siglo. XX, y que cuenta ya con hijos del Caplina que  son de segunda y tercera generación.
Los tacneños de vieja y reciente raíz han pasado a ser parte de un conjunto abigarrado de grupos que ha sido desbordado por la reciente ola migratoria de técnicos, profesionales, comerciantes y gente de mal vivir  de todo el país que han pasado a hegemonizar el flujo mercantil propiciado desde el sur. Esta nueva población migrante tiene  poco  interés en los problemas marítimos de Tacna. Por el contrario está feliz con que el statu quo se mantenga. Nada que aminore el flujo de chilenos será bueno para ellos. Y si en un momento, Santiago cierra la frontera, es probable que muchos  salgan a protestar por haber provocado esa reacción en sus clientes.

En suma, la chilenización, aparentemente, rindió sus frutos .De una parte ha permitido a Chile reducir los costos de la reproducción de su fuerza de trabajo norteña  y al mismo tiempo ha neutralizado la voz  de los tacneños incluyendo los de  vieja raíz. Estos últimos no solo han visto disminuir  su capacidad adquisitiva (alimentos más caros, servicios públicos deficientes, hay hospitales cuyos pacientes en un 30 % son chilenos) sino .que deben ahora resignarse a  una ciudad, que se ha vuelto socialmente insalubre, con todos los flagelos de la delincuencia y otros males de la tierra acrecentándose cotidianamente. Es un clima difícil para las viejos troncos tacneños que aman su tierra y que ven con ojos sombríos el futuro efímero que se está sembrando en Tacna

Aprovechando el desasosiego, Santiago ha ido más lejos, ha   llevado sus dólares al templo mismo de la peruanidad tratando de comprar la lealtad de los descendientes de la época del cautiverio. Muchos de los que tuvieron parientes durante la  ocupación chilena, han sido tentados para recibir  beneficios económicos del gobierno de Santiago, incluyendo una pensión, si  toman la ciudadanía chilena. Y qué doloroso es ver algunos apellidos  insignes que dieron todo por  el Perú, estampados ahora en los flamantes pasaportes sureños.
Aunque parezca increíble, Tacna tiene una herida abierta desde hace 130 años Durante los primeros cincuenta luchó hasta vencer para que la bandera peruana flameara bajo su cielo. Durante los últimos sesenta ha visto con tristeza como esa bandera ha sido arriada del lugar donde  con tanto sacrificio y esperanza sus padres y los padres de sus padres   la plantaron.

Después de la Haya entonces, ¿qué le espera a Tacna? ¿Recuperará su mar, incluyendo sobre todo sus diez primeras millas marinas donde se ubica su riqueza pesquera esencial? ¿Será esa riqueza biológica el nuevo salitre que nos impondrá Chile en las conversaciones en marcha? ¿Mantendrá Santiago su interés geopolítico por avivar el flujo mercantil en la frontera si el fallo no le es favorable?

Y Lima, ¿seguirá justificando su abandono  dando loas al mercado persa en que se ha convertido Tacna? ¿Nuestros empresarios harán lo  mismo que los Angelinis han hecho en Arica? ¿Pensarán en lo que es bueno para Tacna y no solo en sus intereses corporativos? ¿Reemplazaremos, por fin, el corto plazo por el largo plazo?

No cabe duda que el fallo de la Corte de la Haya para los hijos del Caplina es decisivo  .Sobre todo  si tenemos en cuenta  que desde hace 130 años cargan con una cruz que  sigue cuesta arriba: ¿cuàl será el destino de Tacna?

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