UNA HORA CRUCIAL PARA EL PERÚ


Lima , Semanario Hildebrand en sus Trece, 31 de enero 2014


El recuento de nuestra vida republicana adolece de  una constante casi trágica: registra lo que hacemos, lo que hemos hecho,  omitiendo lo que hemos dejado de hacer, lo que no hemos hecho. El caso de nuestra controversia marítima con Chile es un buen ejemplo de ello.

Un paréntesis. En este breve recuento no incluimos  el tema del inicio de la frontera marítima ni el del triángulo externo. En el primero porque la Corte ya optó por la posición de Chile señalando que la frontera marítima se inicia en la dirección del Hito 1 siguiendo la línea del paralelo. Una nota futura merece el comentario del presidente Piñera enfatizando que al haberse fijado  el  punto de inicio de la frontera marítima  éste automáticamente se convierte en el punto de inicio de la terrestre. En el  lenguaje de La Moneda eso podría significar un agudo conflicto…si Lima esta vez hace lo que tiene que hacer, es decir defender la validez del tratado de 1929.

En el  caso del triángulo externo se trata de un espacio que va más allá del límite de las 200 millas y sobre el cual Chile mantiene una insólita pretensión de que forma parte de un supuesto mar presencial chileno. Es indudable que ese espacio marítimo corresponde por derecho propio al Perú, careciendo de sustento las pretensiones  de  Chile al punto que no ameritaron que  la Corte se  pronunciara al respecto.
           




               De acuerdo al fallo  de la Corte de la Haya, Chile había establecido un acuerdo tácito con Perú respecto a una frontera marítima fijada a lo largo de un paralelo que se extendía hasta el punto donde Chile realizaba actividades pesqueras. Según la Corte, los representantes del Estado peruano en 1954 habían aceptado la existencia de ese acuerdo “tácito” entre ambas partes.

 Pero no fue solo que firmamos ese reconocimiento. Alegremente  durante varias décadas  lo corroboramos  en documentos oficiales e incluso en leyes. Además, durante más de cincuenta años como colectivo no reclamamos nada, mantuvimos silencio. Es decir no hicimos  lo que nos correspondía hacer...

Por fortuna el Tribunal de la Haya con buen sentido estableció que ese dominio de Chile solo se extendía hasta donde habían llegado sus actividades productivas adicionando un espacio indispensable que garantizara la reproducción biológica de las especies en explotación o en peligro de extinción. Esa actividad había llegado como máximo hasta las 80 millas siguiendo la línea del paralelo. A partir de allí  los jueces trazaron una línea equidistante  orientada  hacia el suroeste. Eso permitió al Perú recuperar parte de lo que había cedido: 22 mil km².

Es posible que para los jueces también pesara la evidencia de que más que ““un  acuerdo tácito” entre los dos países había existido una “emboscada tácita“ sobre uno de ellos. Al parecer los peruanos habían firmado sin saber lo que firmaban o sin comprender a carta cabal la magnitud de lo que estaba en juego. Aprovechando nuestro poco talento para la cosa pública y gran descuido para lo que lo que no es  el interés personal, habíamos aceptado lo inaceptable… y durante años continuamos haciéndolo.

Una vez juzgada la situación en toda su complejidad, las decisiones que tomó la Corte dejaron su huella sobre tirios y troyanos. A los que habían estado usufructuando la riqueza del mar por décadas cuidó no solo que continuaran beneficiándose de ella sino que le  garantizó un espacio que asegurara su reproducción biológica futura. Eso significó el 41 % del territorio marino en disputa y casi toda la riqueza pesquera en explotación.

 A los peruanos  también les dio mar. No el de la riqueza efectiva, conocida y en explotación pero ¿quién sabe lo que depara el futuro? Es el de la riqueza probable, posible. No para el pescador de abajo Es  sobre todo para los que tienen recursos para travesías grandes y refrigeración adecuada por ejemplo.

Pero como en todas las historias hubo un gran sacrificado. Y en la historia de nuestras relaciones con Chile hay uno, Tacna, que lleva a cuestas 100 años de sacrificio permanente. Cincuenta años lidiando por su territorio y 60  años de lucha por su mar.

Tacna un pueblo que durante medio siglo resistió los intentos de Chile de apropiarse de su suelo logrando incluso avergonzarlo en 1925 ante el mundo al mostrar las malas artes a las que había recurrido para lograr su propósito. Desde entonces ese pueblo recibió permanentemente el castigo de Chile por la afrenta recibida.

En 1929 se quedó sin puerto, fue burlado por décadas con un muelle que cuando finalmente fue construido no servía para nada, que  perdió sus fuentes de agua, que perdió su conexión privilegiada con Bolivia al regalarle Leguía a  Chile el volcán Tacora que quedaba en Tacna, que fue castigada su agricultura por los relaves mineros, convertido en reliquia del tiempo sus glorioso ferrocarril, esa Tacna es la que sufre ahora por incuria de Lima  una estocada mortal .Pierde su mar para siempre,

Pero hay una afrenta más que el pueblo de Tacna debe soportar. Inducido por Santiago, Tacna se ha convertido en un mercado persa para la población del norte de Chile convirtiendo a la ciudad del Caplina en un espacio de consumo, diversión, violencia y droga. Abandonada, mutilada, dependiendo de los ingresos que provienen de su mar cautivo, Tacna ha devenido en un comedor atiborrado, un las vegas criollo y un chicago chico que solitarios  personifican un futuro efímero para la región. Necesitamos pensar  también en actividades de largo aliento que la proyecten con  más creatividad y talento frente a un mundo en permanente cambio y competencia..
Después de 100 años de cautiverio terrestre y marítimo, pervive en la ciudad donde cada 28 de agosto cantamos que allí comienza la patria, la misma angustiante y permanente pregunta ¿cuál será el destino de Tacna? .Ojala que otra vez no hagamos un listado de obras públicas  para calmar las aguas. Lo que Tacna necesita es una propuesta integral de  largo plazo que comprometa sus recursos humanos y materiales para los escenarios de hoy pero sobre todo para  los desconocidos de mañana.

 Finalmente unas palabras de aliento .En nuestro país son miles los que con fuerza y coraje empujan en silencio el carro para que el Perú avance. Hacen lo que tienen que hacer como forma cotidiana de vida. Como los tacneños del cautiverio, no tienen cargos ni apellidos sonoros. Cumplen lo que tienen que hacer como parte de su vida cotidiana .En el corazón de la amazonia,  de los andes o del implacable desierto...

Pero esta vez  las palmas hay que dirigirlas a los que comandan la nave. durante tres gobiernos se ha mantenido firme el propósito de revertir lo andado  apelando a la  corte de la haya a pesar de tener todos los vientos en contra. si hubiéramos seguido callados no habríamos recuperado 22 mil km² de mar ni ratificado a chile nuestros derechos sobre los 28 mil km2 del llamado triángulo externo .todos los que participaron en la empresa han dado un didáctico ejemplo a las nuevas generaciones: no obstante el pesado pasivo heredado cumplieron con su deber, hicieron lo que tenían que hacer.



Lima, 31 de enero de 2014

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